El barco portacontenedores Andronikos, de la
naviera china Cosco, será el primero en cruzar la ampliación del Canal de Panamá durante
la ceremonia de inauguración del próximo 26 de junio, según se ha decidido en
el sorteo público realizado este viernes por la administración de la vía
interoceánica. El buque tendrá que hacer un recorrido a través de 4,7 millones
de metros cúbicos de hormigón, 321.000 toneladas de acero y 1,6 millones de
cemento en el tránsito inaugural por las nuevas esclusas del Canal de Panamá,
uno de los más importantes megaproyectos de ingeniería y construcción
desarrollados en el siglo XXI en el mundo.
El barco chino de mercancías mide
48,25 metros de manga y 299,98 metros de eslora y tiene una capacidad máxima de
9.400 toneladas. Cosco salió vencedora en el sorteo realizado este viernes en
la estatal Administración del Canal de Panamá (ACP). Compitió con la
navieraWallenius Wilhemsen Lines (WWL), de Noruega, que participó en el sorteo para lograr el honor de ser
recordado como el primer usuario del paso marítimo con el portavehículos
Thalatta, con capacidad máxima de 8.000 toneladas y 36,5 metros de manga y
199,97 metros de eslora.
“Estamos ansiosos”, aseguró el
panameño Jorge Quijano, administrador de la ACP. Aseguró que “es un honor” que
Cosco celebre con ellos lo que será un día “histórico” para Panamá. “Estamos
preparados para continuar dando un servicio de calidad, fiable y seguro a
través del Canal ampliado para todos nuestros clientes”, subrayó.
Al Andronikos le seguirán más de
100 embarcaciones Neopanamax que reservaron plaza para transitar por la
expansión de la ruta que une al Atlántico y al Pacífico en la cintura de
América. La ACP invitó a sus principales clientes a participar en el sorteo y
cada embarcación propuesta debía tener 49 metros de manga y 366 metros de
eslora total. El calado máximo para el tránsito inaugural es de hasta 12,5
metros.
La ampliación del Canal, que empezó en 2007, evitó
tocar a las viejas esclusas, inauguradas en 1914 y por las que todos los años
transita el 5% del transporte marítimo mundial en un paso de 80 kilómetros de
largo abierto entre los océanos Pacífico y Atlántico en un delgado territorio
sobre una franja de 8,1 kilómetros a ambos lados de la vía acuática y de uno a
otro litoral. Las esclusas de Pedro Miguel y Miraflores, en el Pacífico, y
Gatún, en el Atlántico, que comenzaron a ser construidas por Estados Unidos en
1904, han seguido funcionando con normalidad durante las obras faraónicas.
El megaproyecto es
ejecutado en otros sectores, dentro de la misma franja, por el consorcio Grupo
Unidos por el Canal (GUPC), encabezado por la
española Sacyr, de España, e Impregilo, de Italia, con Jan de Nul,
de Bélgica, y Constructora Urbana, de Panamá, como socios minoritarios. El
coste inicial fue de 5.250 millones de dólares, de los que 3.118 millones de
dólares corresponden a la licitación ganada en 2009 por GUPC y es el trecho más
importante de la expansión. Las obras no han sido un camino de rosas: hubo
problemas graves de sobrecostes que llegaron a
paralizar en 2013 las obras y algunos retrasos importantes, lo que ocasionó un
duro pulso entre Sacyr y los responsables del canal, que todavía pervive en
forma de reclamaciones
económicas por parte de la empresa española.
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